SE VIENE CUCHILLO CÓ !!!!!!!!!!!!!
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La Naranjita Mecánica
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Toni de Bahia
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Pampa
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EL RELATO DE LA TRAVESIA DEL 9 DE JULIO
TRAVESIA CUCHILLO CÓ – PICHI MAHUIDA
Esta vez los Superamigos de Puratracción nos dimos cita en La Pampa, para pasar el finde del 9 de Julio en un lugar no convencional. El sábado por la mañana nos llegamos hasta el pequeñísimo poblado de Cuchillo Có en el sureste pampeano, donde el simpático comisario Hugo Ledesma nos consiguió permiso para entrar a embarrarnos y divertirnos en los campos de la zona. Aprovechando el feriado del Día de la Independencia, la gente del pueblo estaría libre y nos acompañaría en nuestra actividad.
Así que cuando las seis chatas (Toni y Fredi con la Toyota Rabona, el Aguará con Vitara TD Azul, Mauricio y Osvaldo con Grand Vitara 3P blanca, Chicho y acompañante con Jeep Azul, Gustavo y Maxi Girotti con Nissan azul y Pampa y Guido con Vitara blanca) estuvimos listas, previa recorrida por todas las calles del pueblo, nos dirigimos a un salitral a unos 30 km al sur completando las tripulaciones con todos los pibes del pueblo, los que estaban enloquecidos con la posibilidad de andar en una 4x4.
No solo los chicos sino muchos vecinos se nos encolumnaron con sus vehículos para saciar la curiosidad de la banda de limados que había invadido la zona. Hay que tener en cuenta que no hace más de 15 días que este pueblito tiene energía eléctrica y agua permanente y que están comunicados con el mundo por un teléfono que anda cuando quiere, así que imagínense la novedad que éramos los bichos raros del 4x4, encabezados por Toni y su Toyota “incompleta”.
EL SALITRAL:
El salitral estaba espectacular para desarrollar destrezas tipo “chorizo en fuente de losa” ya que por lo menos al principio estaba lisito, con una tenue capita de barro y muy resbaloso.
Empezamos a hacer piruetas de todo tipo con algunas escenas de riesgo fallidas, como el encontronazo que no fue entre el Aguará y Pampa que enmudeció al público y que a Pampa le hizo aparecer un moño con dos esferas en la zona gutural que costó desaparecer.
La cuestión es que casi todos los cuchillenses, chicos y grandes, se quisieron dar una vueltita en las camionetas para lo cual nos cansamos de dar vueltas y hacer derrapes hasta que no nos quedó un metro cuadrado de salitral sin pisar. A esa altura ya había aflorado el barro chirlo y comenzamos a encajarnos debido a que por lo desparejo no se podía tomar velocidad.
Realmente, más allá de nuestra pasión por el 4x4, resultó gratificante poder darles una pequeña alegría a los pibes de Cuchillo Có, que nunca habían vivido una experiencia como la que les brindamos.
Dimos por terminado el primer capítulo y pusimos proa al Curacó; sin embargo, en el camino de acceso al salitral, un zanjón profundo tentó a Toni y de a uno lo fuimos cruzando transversalmente probando los ángulos de las chatas. Los novatos como Mauricio y Gustavo se sorprendían de las cosas que estaban haciendo. :?: :?: :?:
EL CURACO, SATURDAY AFTERNOON
Bajamos por la ruta 11 hasta la 34 y pasamos frente a la Planta Potabilizadora del Acueducto del Rio Colorado, donde nos alojaríamos por la noche. Nos llegamos hasta el primer guardaganado, donde la última vez subimos desde el río; esta vez bajaríamos desde allí y saldríamos por el puente del Acueducto. La primer parte de la bajada fue a puro trial entre las piedras moras que rodean al río (Curacó, más allá del barro que lo caracteriza, significa “río entre piedras); luego atravesando cauces secos y arbustos espinosos fuimos descendiendo hasta el río, justo donde empieza el Cañadón del Jabalí, que atacaríamos el domingo.
Todos pasamos bien, con mención especial para Gustavo, que con su Nissan y su inexperiencia se la bancó muy bien. Destaco que algunos de los cuchillenses nos siguieron hasta aquí porque no se querían perder el espectáculo único que podían presenciar.
Ya en el cauce, mientras Toni creía estar en una cabra y se subía por las escarpadas márgenes del río, el resto le dimos al queso, salamines, empanadas y demás para saciar el hambre, ya que eran como las cinco de la tarde.
Después comenzamos a andar por el cauce, donde volvimos a comprobar las bondades del traicionero barro del Curacó. Mauricio, que estaba ansioso por probarlo, se enterró un par de veces, en forma inexplicable para él, pese a que tenía un copiloto experto como Osvaldo.
Cuando llegamos a la zona donde Toni la vez pasada estuvo cerca de ver el mundo patas para arriba, el susodicho se mandó por el mismo sitio y pudo pasar en forma espectacular.
Chicho con el Jeep quiso hacer lo mismo y se mando por la misma huella a fondo; cuando casi repetía la maniobra exitosamente, de golpe vemos que dobla a 90° hacia el centro del río y con acelerador a fondo lo cruza aunque en la margen opuesta no había por donde subir, sobre todo porque tenía un árbol por delante. Nadie entendía que le había picado. Cuando nos acercamos a ver, nos enteramos que había roto la barra de dirección y que había salido por donde el destino había elegido. Pampa desenrolló casi todo el cable del malacate y lo trajo de nuevo de donde había salido. Desarmamos la pieza rota, dejamos el Jeep ahí y mientras terminamos de recorrer el cauce, nos fuimos al obrador del Acueducto para repararla.
Mientras se soldaba la pieza, se despidieron Mauricio y Gustavo, que no se quedarían para el domingo. Luego Toni llevó la pieza reparada al Jeep, el cual volvió a la vida sin problemas.
Por la noche nos juntamos en el obrador del Acueducto para comer un exquisito costillar regado convenientemente mientras como de costumbre nos contamos nuestras épicas hazañas. La nota la dio Guido, el hijo de Gustavo convertido en copiloto de Pampa, que como muestra una de las fotos se quedó dormido por razones obvias. Estos pibes jóvenes ............
EL DIA DEL CAÑADON DEL JABALÍ
El domingo amaneció buenísimo y se nos sumaron tres chatas más desde Bahía Blanca: Marcos con el Ladita, Beto e hijo con Samurai blanco y el Ruso y acompañante con otro Samurai. Siempre mayoría Suzuquera.
Entramos al río por el puente del Acueducto y volvimos a pasar por lo que vamos a llamar Paso del Testarudo, que no es más que el lugar del casi vuelco de Toni, el cual, para variar volvió a intentarlo y por supuesto volvió a poner la chata en posición muy inclinada, requiriendo malacate transversal para poderlo sacarlo de la incómoda posición. Para no ser menos, tanto Beto como el Ruso también intentaron pasar sin suerte y con feroces encajadas. Esta vez el Paso del Testarudo salió invicto y nos dejó pasar sólo por el costado, sobre la margen oeste del río.
A pura diversión, entre barro y trepadas llegamos a la boca del Cañadón del Jabalí.
Tiempo atrás, lo había recorrido a pie y no estaba muy seguro que fuera apto para chatas, porque tenía de todo: piedras, arena, arbustos, árboles, escalones, barro, trepadas y sobre todo era bastante estrecho y la parte final, cerca de la ruta 34 era plana pero con cerrada vegetación.
Como buenos limados lo íbamos a intentar. 8) 8) 8)
Hizo punta la chata más poderosa (no estoy hablando del chofer): Toni se mandó y atrás fuimos el resto. A medida que avanzábamos nos entusiasmábamos cada vez más, ya que los obstáculos eran difíciles, pero los íbamos dejando atrás. Llegamos a un escalón que nos demandó casi una hora sortear, previo uso de motosierra, planchas y reubicación de grandes piedras. No podíamos creer lo bueno que estaba el recorrido: se alternaban pedregales con arena suelta, tramos con barro y fuertes y enroscadas trepadas que requerían que el copiloto guiara con mucho cuidado.
El esfuerzo se cobró una víctima: el diferencial delantero de Toni murió y tuvo andar en simple, ayudado por el bloqueo de diferencial. El resto salimos más o menos indemnes. :? :? :?
Después de avanzar casi un km, llegamos a un punto donde se hacía muy estrecho y no se podía seguir sin hacer un movimiento masivo de suelos; ahí subimos por uno de sus laterales para tratar de salir a la ruta.
Sobre uno de las lomas que ascendimos, en el medio del monte pampeano, paramos a almorzar disfrutando de un clima espectacular para esta época del año, mientras comentábamos lo increíble del trayecto que habíamos realizado: el Cañadón del Jabalí había sido conquistado por primera vez en el primer intento.
Según el GPS estábamos a 600 metros de la ruta pero se interponía un cerrado monte de jarillas, alpatacos, piquillín y tamariscos: no había lugar limpio por donde salir. Entonces Pampa agarró la posta y se largó a atravesar el monte siguiendo en línea recta hacia el waypoint de salida, como si AUTOPOLISH lo hubiera contratado para promocionar sus productos; “NO IMPORTA CUANTO RAYE SU CHATA QUE NUESTRO PRODUCTO LA DEJA O KM”; a los demás no les quedó otro remedio que seguirlo y más allá de los “rayoncitos”, la sensación de andar a ciegas pisando vegetación tan alta como la chata era extraordinaria. Uno a uno fuimos saliendo y nos concentramos sobre la ruta con la idea de dar por terminado el día. Sin embargo, salvo Toni que decidió volverse por el tema del diferencial, el resto decidimos darle una visita final al barrito en la zona del puente de la ruta 34. Allí en poco menos de 200 metros nos aburrimos de encajarnos en los inofensivos charcos del Curacó hasta ahora sí finalmente dimos por concluida la travesía, ya que ninguno estaba a menos de 300 km de su casa y teníamos un largo camino a casa.
Resumiendo, pasamos un finde espectacular en un lugar que no deja de sorprender por las variadas dificultades que ofrece en un área bastante reducida. Es la tercera vez que venimos aquí y nos ha ido cada vez mejor y nunca pudimos hacer todo lo que nos propusimos por falta de tiempo. Quedaron pendientes unos 4 o 5 km de cauce variado y también el afloramiento rocoso al sur del puente de la ruta 34. Volveremos seguramente.
Párrafo aparte para el grupo que como de costumbre es de diez: Aguante Puratracción !!!!!
Pampa
Esta vez los Superamigos de Puratracción nos dimos cita en La Pampa, para pasar el finde del 9 de Julio en un lugar no convencional. El sábado por la mañana nos llegamos hasta el pequeñísimo poblado de Cuchillo Có en el sureste pampeano, donde el simpático comisario Hugo Ledesma nos consiguió permiso para entrar a embarrarnos y divertirnos en los campos de la zona. Aprovechando el feriado del Día de la Independencia, la gente del pueblo estaría libre y nos acompañaría en nuestra actividad.
Así que cuando las seis chatas (Toni y Fredi con la Toyota Rabona, el Aguará con Vitara TD Azul, Mauricio y Osvaldo con Grand Vitara 3P blanca, Chicho y acompañante con Jeep Azul, Gustavo y Maxi Girotti con Nissan azul y Pampa y Guido con Vitara blanca) estuvimos listas, previa recorrida por todas las calles del pueblo, nos dirigimos a un salitral a unos 30 km al sur completando las tripulaciones con todos los pibes del pueblo, los que estaban enloquecidos con la posibilidad de andar en una 4x4.
No solo los chicos sino muchos vecinos se nos encolumnaron con sus vehículos para saciar la curiosidad de la banda de limados que había invadido la zona. Hay que tener en cuenta que no hace más de 15 días que este pueblito tiene energía eléctrica y agua permanente y que están comunicados con el mundo por un teléfono que anda cuando quiere, así que imagínense la novedad que éramos los bichos raros del 4x4, encabezados por Toni y su Toyota “incompleta”.
EL SALITRAL:
El salitral estaba espectacular para desarrollar destrezas tipo “chorizo en fuente de losa” ya que por lo menos al principio estaba lisito, con una tenue capita de barro y muy resbaloso.
Empezamos a hacer piruetas de todo tipo con algunas escenas de riesgo fallidas, como el encontronazo que no fue entre el Aguará y Pampa que enmudeció al público y que a Pampa le hizo aparecer un moño con dos esferas en la zona gutural que costó desaparecer.
La cuestión es que casi todos los cuchillenses, chicos y grandes, se quisieron dar una vueltita en las camionetas para lo cual nos cansamos de dar vueltas y hacer derrapes hasta que no nos quedó un metro cuadrado de salitral sin pisar. A esa altura ya había aflorado el barro chirlo y comenzamos a encajarnos debido a que por lo desparejo no se podía tomar velocidad.
Realmente, más allá de nuestra pasión por el 4x4, resultó gratificante poder darles una pequeña alegría a los pibes de Cuchillo Có, que nunca habían vivido una experiencia como la que les brindamos.
Dimos por terminado el primer capítulo y pusimos proa al Curacó; sin embargo, en el camino de acceso al salitral, un zanjón profundo tentó a Toni y de a uno lo fuimos cruzando transversalmente probando los ángulos de las chatas. Los novatos como Mauricio y Gustavo se sorprendían de las cosas que estaban haciendo. :?: :?: :?:
EL CURACO, SATURDAY AFTERNOON
Bajamos por la ruta 11 hasta la 34 y pasamos frente a la Planta Potabilizadora del Acueducto del Rio Colorado, donde nos alojaríamos por la noche. Nos llegamos hasta el primer guardaganado, donde la última vez subimos desde el río; esta vez bajaríamos desde allí y saldríamos por el puente del Acueducto. La primer parte de la bajada fue a puro trial entre las piedras moras que rodean al río (Curacó, más allá del barro que lo caracteriza, significa “río entre piedras); luego atravesando cauces secos y arbustos espinosos fuimos descendiendo hasta el río, justo donde empieza el Cañadón del Jabalí, que atacaríamos el domingo.
Todos pasamos bien, con mención especial para Gustavo, que con su Nissan y su inexperiencia se la bancó muy bien. Destaco que algunos de los cuchillenses nos siguieron hasta aquí porque no se querían perder el espectáculo único que podían presenciar.
Ya en el cauce, mientras Toni creía estar en una cabra y se subía por las escarpadas márgenes del río, el resto le dimos al queso, salamines, empanadas y demás para saciar el hambre, ya que eran como las cinco de la tarde.
Después comenzamos a andar por el cauce, donde volvimos a comprobar las bondades del traicionero barro del Curacó. Mauricio, que estaba ansioso por probarlo, se enterró un par de veces, en forma inexplicable para él, pese a que tenía un copiloto experto como Osvaldo.
Cuando llegamos a la zona donde Toni la vez pasada estuvo cerca de ver el mundo patas para arriba, el susodicho se mandó por el mismo sitio y pudo pasar en forma espectacular.
Chicho con el Jeep quiso hacer lo mismo y se mando por la misma huella a fondo; cuando casi repetía la maniobra exitosamente, de golpe vemos que dobla a 90° hacia el centro del río y con acelerador a fondo lo cruza aunque en la margen opuesta no había por donde subir, sobre todo porque tenía un árbol por delante. Nadie entendía que le había picado. Cuando nos acercamos a ver, nos enteramos que había roto la barra de dirección y que había salido por donde el destino había elegido. Pampa desenrolló casi todo el cable del malacate y lo trajo de nuevo de donde había salido. Desarmamos la pieza rota, dejamos el Jeep ahí y mientras terminamos de recorrer el cauce, nos fuimos al obrador del Acueducto para repararla.
Mientras se soldaba la pieza, se despidieron Mauricio y Gustavo, que no se quedarían para el domingo. Luego Toni llevó la pieza reparada al Jeep, el cual volvió a la vida sin problemas.
Por la noche nos juntamos en el obrador del Acueducto para comer un exquisito costillar regado convenientemente mientras como de costumbre nos contamos nuestras épicas hazañas. La nota la dio Guido, el hijo de Gustavo convertido en copiloto de Pampa, que como muestra una de las fotos se quedó dormido por razones obvias. Estos pibes jóvenes ............
EL DIA DEL CAÑADON DEL JABALÍ
El domingo amaneció buenísimo y se nos sumaron tres chatas más desde Bahía Blanca: Marcos con el Ladita, Beto e hijo con Samurai blanco y el Ruso y acompañante con otro Samurai. Siempre mayoría Suzuquera.
Entramos al río por el puente del Acueducto y volvimos a pasar por lo que vamos a llamar Paso del Testarudo, que no es más que el lugar del casi vuelco de Toni, el cual, para variar volvió a intentarlo y por supuesto volvió a poner la chata en posición muy inclinada, requiriendo malacate transversal para poderlo sacarlo de la incómoda posición. Para no ser menos, tanto Beto como el Ruso también intentaron pasar sin suerte y con feroces encajadas. Esta vez el Paso del Testarudo salió invicto y nos dejó pasar sólo por el costado, sobre la margen oeste del río.
A pura diversión, entre barro y trepadas llegamos a la boca del Cañadón del Jabalí.
Tiempo atrás, lo había recorrido a pie y no estaba muy seguro que fuera apto para chatas, porque tenía de todo: piedras, arena, arbustos, árboles, escalones, barro, trepadas y sobre todo era bastante estrecho y la parte final, cerca de la ruta 34 era plana pero con cerrada vegetación.
Como buenos limados lo íbamos a intentar. 8) 8) 8)
Hizo punta la chata más poderosa (no estoy hablando del chofer): Toni se mandó y atrás fuimos el resto. A medida que avanzábamos nos entusiasmábamos cada vez más, ya que los obstáculos eran difíciles, pero los íbamos dejando atrás. Llegamos a un escalón que nos demandó casi una hora sortear, previo uso de motosierra, planchas y reubicación de grandes piedras. No podíamos creer lo bueno que estaba el recorrido: se alternaban pedregales con arena suelta, tramos con barro y fuertes y enroscadas trepadas que requerían que el copiloto guiara con mucho cuidado.
El esfuerzo se cobró una víctima: el diferencial delantero de Toni murió y tuvo andar en simple, ayudado por el bloqueo de diferencial. El resto salimos más o menos indemnes. :? :? :?
Después de avanzar casi un km, llegamos a un punto donde se hacía muy estrecho y no se podía seguir sin hacer un movimiento masivo de suelos; ahí subimos por uno de sus laterales para tratar de salir a la ruta.
Sobre uno de las lomas que ascendimos, en el medio del monte pampeano, paramos a almorzar disfrutando de un clima espectacular para esta época del año, mientras comentábamos lo increíble del trayecto que habíamos realizado: el Cañadón del Jabalí había sido conquistado por primera vez en el primer intento.
Según el GPS estábamos a 600 metros de la ruta pero se interponía un cerrado monte de jarillas, alpatacos, piquillín y tamariscos: no había lugar limpio por donde salir. Entonces Pampa agarró la posta y se largó a atravesar el monte siguiendo en línea recta hacia el waypoint de salida, como si AUTOPOLISH lo hubiera contratado para promocionar sus productos; “NO IMPORTA CUANTO RAYE SU CHATA QUE NUESTRO PRODUCTO LA DEJA O KM”; a los demás no les quedó otro remedio que seguirlo y más allá de los “rayoncitos”, la sensación de andar a ciegas pisando vegetación tan alta como la chata era extraordinaria. Uno a uno fuimos saliendo y nos concentramos sobre la ruta con la idea de dar por terminado el día. Sin embargo, salvo Toni que decidió volverse por el tema del diferencial, el resto decidimos darle una visita final al barrito en la zona del puente de la ruta 34. Allí en poco menos de 200 metros nos aburrimos de encajarnos en los inofensivos charcos del Curacó hasta ahora sí finalmente dimos por concluida la travesía, ya que ninguno estaba a menos de 300 km de su casa y teníamos un largo camino a casa.
Resumiendo, pasamos un finde espectacular en un lugar que no deja de sorprender por las variadas dificultades que ofrece en un área bastante reducida. Es la tercera vez que venimos aquí y nos ha ido cada vez mejor y nunca pudimos hacer todo lo que nos propusimos por falta de tiempo. Quedaron pendientes unos 4 o 5 km de cauce variado y también el afloramiento rocoso al sur del puente de la ruta 34. Volveremos seguramente.
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Pampa
Sergio
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Gustavo
- Suzukero Extremo
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Exelente Pampa.
Revivi en la mente, los sitios.
Ta bueno el lugar chey.
Si podes prendete a la de Pehuenia.
Abrazo.
Gustavo.
Revivi en la mente, los sitios.
Ta bueno el lugar chey.
Si podes prendete a la de Pehuenia.
Abrazo.
Gustavo.
Gallego Gustavo.
Enseñen a los niños a ser preguntones, para que pidiendo el por qué de lo que se les mande hacer, se acostumbren a obedecer a la razón y no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos.
Enseñen a los niños a ser preguntones, para que pidiendo el por qué de lo que se les mande hacer, se acostumbren a obedecer a la razón y no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos.
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Toni de Bahia
- Suzukero Asiduo !
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Pampaaaa!!!! grosoooooo!!!!, realmente te felicito por el relato, no difiere de nuestra vivencia ni en lo mas minimo, la travesia estuvo como pocas, nos divertimos, la peleamos a full y fuimos atendidos como "reyes". BUEN ANFITRION Y UN GRAN TIPO, te mando un fuerte abrazo y pronto van las foTos y datos que me pediste.
Tonito ofr0u.......odiando mi GPS
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Gustavo
- Suzukero Extremo
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Hola Lautaro.
Que disfrutes el club.
Por suerte aprendiste a postear fotos, no como otros gerontes,
comodos, bineuronales.
Gustavo.
Que disfrutes el club.
Por suerte aprendiste a postear fotos, no como otros gerontes,
comodos, bineuronales.
Gustavo.
Gallego Gustavo.
Enseñen a los niños a ser preguntones, para que pidiendo el por qué de lo que se les mande hacer, se acostumbren a obedecer a la razón y no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos.
Enseñen a los niños a ser preguntones, para que pidiendo el por qué de lo que se les mande hacer, se acostumbren a obedecer a la razón y no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos.
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Toni de Bahia
- Suzukero Asiduo !
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para pagar la cena 
=P~ del viernes en NQN.......je....sino por decreto y listo....je -
Toni de Bahia
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Gustavo
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No tengo mas fotos de vuestro paceo.
Quedaron algunas que son fotos de maracas.
Gustavo.
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Gustavo.
Gallego Gustavo.
Enseñen a los niños a ser preguntones, para que pidiendo el por qué de lo que se les mande hacer, se acostumbren a obedecer a la razón y no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos.
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Toni de Bahia
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Gustavo
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Toni y el grupo.
Che, para la de Balcarce me prendo, quiero conocer ese terreno.
Si sus mujeres se los permiten podemos arrancar todo el grupo de
sacados.
Pediremos que nos diga Gaston, si es paceo o aspero.
Gustavo.
Che, para la de Balcarce me prendo, quiero conocer ese terreno.
Si sus mujeres se los permiten podemos arrancar todo el grupo de
sacados.
Pediremos que nos diga Gaston, si es paceo o aspero.
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Enseñen a los niños a ser preguntones, para que pidiendo el por qué de lo que se les mande hacer, se acostumbren a obedecer a la razón y no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos.
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El Aguará
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Pampa
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ESTA JUVENTUD ................
Les presento a mi copiloto Guido, aunque no está muy presentable .....
Sergio
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El Aguará
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Osvaldo Fá
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Toni de Bahia
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Alberto Oscar Diaz
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Pampa
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UNA DE TONI EN EL CAÑADON DEL JABALI
Sergio
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