Una parte de ese hielo se derrite y vuelve a congelarse a lo largo de las estaciones del año, y el resto continúa congelado de manera permanente. Sin embargo, en los últimos años se produjo una notable reducción de la capa de hielo permanente.
Durante el año 2007, el derretimiento de los hielos del Artico marcó un nuevo récord: en esta temporada se derritió un 25% más de hielo que durante el máximo registrado anteriormente.
El área de hielo permanente ha ido disminuyendo a un ritmo de un 10% por década, desde que comenzaron las mediciones en 1979.
Pero el mínimo de este año, alcanzado el 14 de septiembre, es realmente preocupante, ya que está muy por debajo del récord del año 2005 y es un 38% inferior al promedio climatológico.
La imagen inferior, está centrada en el Artico y compara las diferencias entre el mínimo de hielo permanente registrado en septiembre de 2005 (en color naranja) y septiembre de 2007 (en color blanco).
Ambos años son comparados a su vez con el mínimo promedio medido entre los años 1979 a 2007 (en color verde).
Las diferencias son claramente abrumadoras y el verdadero alcance del impacto negativo del inusitado derretimiento sobre la ecología, el clima y la actividad humana aún está por determinarse.
