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Despues de la introduccion comienzo con el relato de
La unión de Los Miches con El Cholar por el Arroyo Piuquenes o bien la unión de los Pasos Buta Mallin y Pichachen por el Arroyo Piuquenes en INVIERNO
El paso del Pampa en invierno, según Marcelo
Les cuento que cuando hicimos el relevamiento por primera en en el otoño junto con los huincas, de La unión de Los Miches con El Cholar por el Arroyo Piuquenes o bien la unión de los Pasos Buta Mallín y Pichachen por el Arroyo Piuquenes , que nadie en 4x4 había echo, nos pusimos a pensar si ere posible hacerlo en invierno.
Nos imaginamos que ese paisaje majestuoso, seria mucho mas vello en invierno, además cualquier desafió extremo nos llenaba de emoción.
Desde que regresamos no paramos de hacer preparativos, al principio fuimos unos cuantos mas los que querían ir, pero dada lo complejo del desafió fuimos poniendo mínimos de equipamientos.
En charlas con Ariel, (que era el que mas experiencia tenia) decidimos exigir para ir
-De un primer momento dijimos que había que ir en equipos para ir tirando de a 2 para que el recorrido no sea tan lento, por eso siempre se pensó en números pares.
-cubiertas 33” como mínimo
-Malacate en perfecto estado
-Bloqueo diferencial adelante y atrás
-Por su puesto tener el equipamiento adecuado para dormir en alta montaña con frio, viento y nieve.
-Disponibilidad de tiempo por que no sabíamos cuantos días nos llevaría.
Finalmente después de haber variado el número de participante, salimos de Neuquen a las 6,30 de la matina. Ariel con su Land Rover defender. Cristian y Carlos con un Wrangler, largo. Jorge con otro Wrangler, corto. El Colo (yo) y Santiago con el Samu en el carro tirado por la Hilux. Llegamos a los miches pasado el medio dia, después de cargar provisiones, y de acomodar los bártulos salimos rumbo al paso Pichachen.

El camino estaba cortado por por vialidad con grandes piedras en un par de arroyos, los cuales pasamos sin problemas





Ya llegando a la zeta, nos dimos cuenta que lo que nos habían dicho de la falta de nieve era cierto, parecía primavera, la traza del gasoducto, y la zeta se podían hacer renegando poco, decidimos ir por la zeta.









Al llegar al final de la zeta agradecí haber traqueado todo en el otoño, todo era blanco, pero si pisábamos fuera de la huella sobre algún arbusto nos enterrábamos hasta el gorro, desinflamos lo mas posible y repartimos las cargas, para que no se entierre de mas ningún eje, (al principio hasta que nos dimos cuenta llevábamos el eje trasero de ancla).




Por culpa del buen tiempo, del buen sol, de la falta de viento, el primer dia fue majestuoso, no podíamos pedir mas,,perooo, con estas condiciones climáticas la nieve estaba blanda, nos hundíamos hasta los ejes, avanzar era a fuerza de coraje y ancla,





A las 22 el wrangler de Cristian dijo no va mas, no había forma de arrancarlo, el diagnostico fue que se había roto la bomba de nafta, tratamos de llevarlo eslingado asta los galpones de Corfone, lo cual mas tarde nos daríamos cuenta que era misión imposible.



Desde las 17,30 que empezamos a subir hasta las 23, 50 que decidimos parar a dormir fue un dia agotador, algunos armamos la carpa sobre la nieve, otros durmieron en los autos.
La noche fue majestuosa, la vía láctea estaba más linda que nunca,( no salieron las fotos), sin nada de viento, ni una nube.
A la mañana siguiente nos levantamos cuando clareo, otro día esplendido, la temperatura era de menos si -11 ªC pero no se notaba mucho ya que no había ni nubes ni viento, después de un cafecito, comenzamos a caminar, va a gatear, porque para poder mover los jeep pesados la única forma era con malacate,










Una mención especial para el Samu, que gracias a las llantas beadlock que habíamos echo caseras antes de salir, pudimos desinflar a 1 libra, con lo cual el samu flotaba por la nieve, se moví como un pato en el agua, pocas veces se quedaba, y con un poco de ayuda del ancla estaba nuevamente en carrera.
El Defe de Ariel, y el Wrangler de Jorge, dar un paso era un gran sacrificio, pero el grupo no se doblego y siguió avanzando hasta los galpones de Corfone a las 20, donde descubrimos que los galpones no están mas, los demolieron, solo dejaron una casa, que por supuesto estaba cerrada.






Hicimos una gran fogata para calentar los huesos, y con las brazas hacer uno de los asados mas sabrosos de los últimos tiempos, según me contaron porque a mi el cansancio me venció y me fui a dormir sin comer.


Al día siguiente nos levantamos a las 6 para poder aprovechar la nieve congelada, no hacia frio adentro de la carpa, pero la sensación térmica era muy baja por el viento, que esa mañana era una brisa, pero lo suficiente como para que te calara los huesos.
Las fotos de este tercer dia se las voy a deber porque mi cámara había agotado la pila y seguimos con la de Santi que la teníamos reservada para esta ocasión.
Cuando me pueda hcer un rato sigo con la segunda parte y con el rescate del Wrangler de Cristian.