LA TORMENTA DE SANTA ROSA
En esta época del año, es común oír hablar de este fenómeno meteorológico. A nivel popular, se suele decir que esta tormenta se produce el 30 de agosto de cada año en coincidencia con la festividad de Santa Rosa de Lima, o bien unos pocos días antes o después de esa fecha. Existe además la creencia de que se trata de una de las peores tormentas del año.
Santa Rosa de Lima, nació el 30 de abril de 1856 en la capital del Perú y fue bautizada con el nombre de Isabel Flores de Oliva; murió el 24 de agosto de 1617. En 1610 tomó el hábito de la tercera Orden Dominicana, hábito que llevó hasta su muerte.
Con el nombre de Rosa, el 12 de febrero de 1668 fue beatificada por el Papa Clemente IX, y fue canonizada por el Papa Clemente X, el 12 de abril de 1671
Santa Rosa, es patrona de la Iglesia Católica de Lima, de Hispanoamérica, de las Filipinas, y de las Indias Orientales. Su festividad se celebra cada 30 de agosto.
Según la historia, en 1615 y ante la proximidad del enemigo frente a las costas del Perú, la autoridad eclesiástica dispuso que se elevaran rezos en todos los monasterios, solicitando el auxilio de Dios contra las fuerzas atacantes. Al acercarse los navíos, cundió el pánico y el desconcierto entre la población.
En esa situación, y sin perder el ánimo, Isabel, elevó sus súplicas al cielo, desde la capilla de San Gerónimo. Muy pronto se desató una furiosa tormenta que impidió el desembarco, y la ciudad quedó a salvo del ataque enemigo. Los fieles creyentes, atribuyeron esta muy severa tormenta, a los ruegos de Isabel.
A través de los años, se fue observando que con cierta regularidad cerca o poco después del 30 de agosto, se producía una tormenta con actividades eléctrica y lluvia. Así nació y se adentró luego en la cultura popular, la denominada “tormenta de Santa Rosa”.
La tormenta de Santa Rosa no es más que la primera tormenta que tiene lugar en nuestras latitudes al final del invierno, entre la última semana de agosto y la primera semana de setiembre. Según el vocabulario Meteorológico Internacional de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), se denomina “tormenta” a la descarga brusca de electricidad atmosférica que se manifiesta por un resplandor breve (relámpago) y por un ruido seco o estruendo sordo (trueno). Las tormentas se asocian a nubes convectivas (cumulunimbus) y suelen acompañarse de precipitación en forma de chaparrón de lluvia o, en ocasiones, de nieve o granizo, así como también por vientos fuertes.
Durante el invierno no suelen ocurrir tormentas dado que, para su desarrollo, se requiere la concurrencia de ciertas condiciones atmosféricas y energéticas que son más propias de la primavera y el verano. Sin embargo, al aproximarnos al equinoccio de primavera del Hemisferio Sur, el acercamiento paulatino de la Tierra al Sol aumenta la disponibilidad de energía del Sistema Climático Terrestre, produciéndose importantes cambios en la circulación atmosférica regional, ya a fines de agosto. La presencia de aire cálido y húmedo proveniente del norte, sumado al aumento de la radiación solar sobre el suelo y a la entrada de perturbaciones sinópticas desde el oeste, puede dar lugar a la aparición del fenómeno de tormenta al final del invierno, en fechas cercanas al 30 de agosto, día en que se celebra la festividad de Santa Rosa de Lima. Dicha perturbaciones se producen debido a que el polo está aún muy frío mientras que gran parte del país comienza a calentarse por la proximidad de la primavera. Si bien popularmente se espera que la tormenta de Santa Rosa sea más fuerte que cualquier otra, esto no tiene por qué ser así.
El equinoccio de primavera de 2006, se producirá el 23 de setiembre próximo a las 01,03h.
Desde la región de origen, esta creencia popular, por la cual se asocia el fenómeno meteorológico con esa festividad religiosa, se extendió luego a otras regiones de Sudamérica y de nuestro país, aunque salvo en el Litoral, y en la zona central, es difícil que se manifieste con actividad eléctrica.
En el noroeste argentino, la extrema sequedad del aire en esta época del año, hace prácticamente imposible que pueda generarse actividad tormentosa.
De un análisis estadístico realizado para la Ciudad de Buenos Aires (años 1870 a 2004), tomando en consideración para cada año, los períodos comprendidos entre cinco días antes y cinco días después del 30 de agosto, ha sido posible verificar la ocurrencia de tormentas, en el 12 por ciento del total de casos analizados.
Santa Rosa.
- Gustavo
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Santa Rosa.
Gallego Gustavo.
Enseñen a los niños a ser preguntones, para que pidiendo el por qué de lo que se les mande hacer, se acostumbren a obedecer a la razón y no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos.
Enseñen a los niños a ser preguntones, para que pidiendo el por qué de lo que se les mande hacer, se acostumbren a obedecer a la razón y no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos.
- Fercho_MDP
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