De a poco nos vamos metiendo el el paisaje de la Payunia, uno de los campos volcanicos mas grandes de América, con unos 800 conos, la mayoría bastante bajos, negros, con el cráter medio colapsado hacia un lado, y ese típico aspecto de sombrerito, muy similares a los de la Puna (Carachi, Antofagasta, La Alumbrera, etc.), y tambien como aquellos rodeados de extensos campos de ceniza negra y a veces roja, y de enormes escoriales.
Veniamos entonces en dirección norte por la RP183 que va torciendo hacia el este medio zigzagueando, hasta que unos 300m antes del cruce con la RP181 donde tomamos la huella que se abre hacia el sur, que viene a ser el recorrido principal de esta parte del parque natural y que esta señalizada con unos cartelitos.
Enseguida se ve hacia el este el volcán Santa Maria con su colada de lava, el escorial de la media luna, extendiéndose hacia la izquierda. Se ven varios pozos de petroleo del yacimiento Cerro Fortunoso.
Nos cruzamos con un par de chatas de los guardaparques que nos pararon y nos registraron y nos dieron algunas recomendaciones. Hablaron mas que nada con Guille y el Tano porque nosotros veníamos medio rezagados sacando fotos.
El paisaje se caracteriza por una combinación muy particular de colores fuertes y contrastantes, el negro de la ceniza, el amarillo de los pastos, el azul del cielo, la ceniza roja en las cimas de algunos conos, y esta vez se sumaba también el blanco rutilante de los manchones de nieve.
El Payun o Payun Liso
La huella pasa pegada al cráter colapsado del volcán Herradura
Pequeñas piedritas rojas que bajan por la ladera del Heradura
Bombas volcánicas (pedazos grandes de piroclasto, mas de 64 mm le llaman bombas, menos de 2mm cenizas)
Los colores del paisaje con el Payun de fondo
Llegamos hasta donde esta el viejo molle (marcado "sombra" en Mapear o "árbol centenario" en Viajeros)
Volvimos por el mismo camino hasta donde se abre hacia el sudoeste la huella que va al cráter del Morado. Cuando pegamos la vuelta ya eran mas de las 5 y media y empezaba a oscurecer, y creo que una de las recomendaciones de los guardaparques era que habíamos entrado medio tarde si queríamos ir al Morado.
La huella apenas si se notaba en la ceniza negra, y ya con muy poca luz, había que ir siguiendo finito el track con el GPS para no irse a los caños, pero finalmente llegamos sin pifiarle demasiado.
Viniendo por la RP183 habíamos visto una huella que figuraba en mapear y que iba hacia el morado, y que era la continuación de la huella por la habiamos venido ahora desde el otro lado, asi que cortamos camino por ahi en lugar de volver a la entrada. La huella tenia partes de arena muy floja y con bastante pendiente, que menos mal que las estabamos haciendo en bajada porque en subida se le podia haber complicado un poco al Tanito, que venia en simple desde la picadita a orillas del Río Grande porque se le había trabado la palanca de la transfer y no se movía ni para atrás ni para adelante.
Ya se hacia de noche.
Cuando veníamos a la tarde habíamos visto un camino de ripio impresionante que parecía una autopista que figuraba en viajeros pero no en mapear, y que se abría de la RP183 hacia el norte, es decir hacia Malargue, y le habíamos preguntado a un camionero si por ahí se llegaba a Malargue y nos dijo que si, así que a la vuelta decidimos tomarlo para no tener que volvernos hacia el sur hasta la pasarela a retomar la 40, total, dijimos, más arriba seguramente debe salir algún cruce hacia la 40. Ahí empezó una etapa de camino de casi dos horas de incertidumbre, cansancio y serrucho insoportable. Pareciera ser que por esa zona las empresas petroleras se la pasan armando y desarmando caminos y al final resulta que la traza mas actualizada no figura completa ni en mapear ni en viajeros, en algunos tramos coincide con uno, en otros con el otro, y muchas veces con ninguno de los dos y ahi viene la incertidumbre. Para colmo nosotros teniamos la ilusion de encontrar un cruce a la 40 pero nos habíamos olvidado que en el medio estaba el Rio Grande, y que seguramente ninguno de los caminitos que se abrian a veces hacia el oeste debía tener un puente para cruzarlo. Cuando nos dimos cuenta, despues de intentarlo cerca del yacimiento Los Cavaos, pensamos que teníamos que seguir por ese ripio insoportable hasta Malargue, pero mas adelante le preguntamos a un camionero y nos dijo que no, que empalmariamos la 40 cerca de Bardas Blancas y que no ibamos a cruzar el rio, claro, lo que pasaba era que justo en Bardas Blancas el rio hace un codo, viene del oeste y tuerce hacia el sur, y ahi es donde lo cruza la 40 y enseguida también cruza el arroyo Chenque Co, quedando del mismo lado del que veniamos nosotros. Finalmente llegamos a la 40 a eso de las 9 menos cuarto, a solo 60 km de Malargue, pero ese ultimo tramo nos llevo casi una hora y media mas, resulta que en esa parte la 40 esta en construcción, la están haciendo de nuevo.
Ese día llegamos molidos al hotel, pero rápidamente nos reanimamos y nos fuimos al centro a cenar como los dioses en un restaurante al lado del casino.