Me parece bien conocer las estadísticas. Sirven, dan contextos.
Y también me parecen bien las opiniones, en especial de la velocidad.
Tanto sea de las máximas en ruta como en ciudad.
De hecho, yo soy de los «bobos» que usa la luz de giro para cambiar de carril aunque la calle este vacía.

Obviamente, sí mezclamos la buena atención al manejar, bajar el nivel de agresión, y respetar las velocidades máximas, estaremos viviendo en una mejor sociedad y con menos MUERTOS.
Mi hijo y yo estamos vivos porque Dios es grande...
(y lo digo ahí a pesar de no ser religioso practicante...)
Hace dos años, en pleno mediodía de diciembre, un colectivo que iba al doble de la velocidad de una calle, nos chocó lateralmente.
El auto quedó DESTROZADO.
Pero realmente DESTROZADO.
Gracias al cinturón (y también al Barbudo), mi hijo atrás no se hizo NADA y yo tuve algunas lesiones menores.
Una pasajera le dijo a la policía que el colectivero iba revisando el contenido de una billetera olvidada que le entregó otro pasajero.
Y claro... Iba a las chapas. Y no nos vio.
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En fin, imbéciles hay en todos lados.
Conclusión, hay que respetar las velocidades máximas y prestar mucha atención.
Saludos, Gustavo.
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