El día que la Humanidad casi se extingue

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Gustavo
Suzukero Extremo
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El día que la Humanidad casi se extingue

Nota por Gustavo »

El día que la Humanidad casi se extingue


El día más difícil en la historia de la Humanidad tuvo lugar hace unos 75 mil años. De la noche a la mañana, la erupción del volcán Toba, en Sumatra, provocó la desaparición de centenares de especies y redujo drásticamente a la población humana a menos de diez mil personas, cantidad apenas suficiente para asegurar la supervivencia genética de la especie. Los durísimos eventos climáticos posteriores a la erupción pusieron a prueba a los escasos representantes de la raza humana que habían sobrevivido al cataclismo y estuvieron a punto de detener un proceso evolutivo de cinco millones de años.

La erupción del volcán Toba fue de una potencia inimaginable. Por ejemplo, fue tres mil veces superior a la erupción del volcán Santa Elena de 1980, y se estima que liberó una cantidad de energía equivalente a un gigatón. Ninguna otra erupción volcánica superó la violencia de Toba en los últimos dos millones de años. En el lugar del cráter ahora se ha formado un lago (ver foto inferior); sin embargo, el volcán Toba está dormido, no apagado, y es probable que se produzca una nueva erupción dentro de unos 400 mil años.



No sólo la erupción provocó daños considerables en la región, sino que sus consecuencias afectaron a todo el planeta. La nube de cenizas volcánicas cubrió por completo los cielos impidiendo la llegada de la luz del sol durante seis años enteros, provocando una era de hielo que cambió por completo la vida de las especies que poblaban la Tierra. La temperatura promedio descendió alrededor de cinco grados y muchas especies animales y vegetales no fueron capaces de resistir el cambio. Otras se vieron forzadas a adaptarse; por ejemplo, se cree que los osos polares evolucionaron debido a la catástrofe del volcán Toba.

Las evidencias geológicas y genéticas demuestran que todos los humanos que viven en la actualidad, a pesar de su aparente variedad, son descendientes de una población muy pequeña, de entre mil y diez mil individuos. De acuerdo a las tasas promedio de mutaciones genéticas, los científicos estiman que esta población vivió en una época coincidente con el evento de Toba.

Por desgracia, la Humanidad se encontraba casi en su totalidad en la región en donde los efectos fueron más críticos. Mediante análisis del ADN mitocondrial se comprobó que la cantidad de diversidad genética de los sobrevivientes fue tan baja, que los riesgos de extinción de la especie debido a virus y otros factores reductores de población crecieron hasta llegar a límites alarmantes.

El cambio climático masivo producido luego de la erupción creó “cuellos de botella” en las poblaciones de numerosas especies de entonces. Esto pudo haber provocado la diferenciación acelerada entre las comunidades humanas aisladas entre sí, llevando eventualmente a la extinción a las otras ramas de la especie, salvo al hombre de Neanderthal y los seres humanos modernos.

Una vez que los efectos climáticos del volcán Toba se disiparon por completo, los seres humanos comenzaron la migración desde Africa, dispersándose por Asia y los demás continentes, adaptándose y evolucionando en el trayecto y dando forma a la semilla de la actual especie humana.
Gallego Gustavo.


Enseñen a los niños a ser preguntones, para que pidiendo el por qué de lo que se les mande hacer, se acostumbren a obedecer a la razón y no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos.
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