Cuentan que un gaucho fue al médico y cuando este lo atiendió, preguntandolé cual era su dolencia, le dijo a los gritos: dotor! tengo los guevos rojos de la paspadura !!!, no puedo caminar !!!.
Ante el griterío, el médico le pidió que baje la voz, porque había otros pacientes en sala de espera y que estos nada tenían que enterarse de lo que le pasaba a él. Por otra parte también le pidió que no fuera tan bruto, le aconsejó ser un poco mas delicado, sugiriéndole, por ejemplo, que hubiera dicho: -Doctor, he venido a verlo porque tengo serios roces entre los Concejales, hecho que no me permite realizar mi actividad como acostumbro.
El gaucho se quedó sorprendido de la enseñanza que le impartió el médico y junto con la receta de la pomada que le dió para las paspaduras partió cabizbajo, pensando en lo que le había sucedido.
Pasó el tiempo y el gaucho necesito volver a consultar al médico. Esta vez llegó casi en silencio, ni se le escucho entrar a la sala de espera, y conciente que debía ser más delicado.
Al abrir la puerta del consultorio, para hacer entrar a otro paciente, el médico lo vió al gaucho y recordó que aquella vez había estado bastante duro con este, que quizás se había pasado un poco. Entonces le levantó la mano y a modo de saludo le dijo: Que tal! ¿cómo andan esos concejales?, a lo que el gaucho le respondió: LOS CONSEJALES ANDAN RE BIEN, EL QUE ANDA MUY JODIDO ES EL INTENDENTE y por eso vengo a verlo!!!!
(aprendió la lección)
PolÃtica aplicada
- Mario Eduardo Gonzalez
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