

Lo había hablado con algunos de modo informal pero sin concretar nada; los giros del destino destrabaron mágicamente las cosas y finalmente durante mediados de semana, nos complotamos con Gustavo Montero y sus dos hijos más mi copiloto Coco (si, el de la zorra !) para sumarnos a la propuesta y el viernes nos fuimos sin muchos preparativos.


La idea era cruzar el Tontal por las antenas y explorar algunos viejos y olvidados caminos mineros. Todo salió al revés pero espectacular.


No nos encontramos con las motos (estos celulares…), la caja de velocidades de mi chata se empacó de a ratos y una tranquera en el camino al Tontal nos cerró el paso, entre otros.



Sin embargo, pasamos tres días increíbles cazando confluencias en la precordillera subiendo por quebradas de ríos secos muy peleadas (casi acuesto a dormir a la Vitara…), acampamos en instalaciones de emprendimientos mineros abandonados, rescatamos del olvido la historia de la famosa mina Don Juan

Hoy llegamos a las tres de la mañana y encima tengo la fiesta de fin de año del laburo, así que fotos y comentarios tendrán que esperar un poco, pero valga como anticipo.
CONTINUARA...


